Reproducción Animal:
La reproducción en animales es un complejo proceso de cambios hormonales que provocan transformaciones físicas y comportamentales en los individuos para lograr un único fin: crear descendencia.
El primer cambio que se debe producir es la maduración sexual de los animales. Este hecho se produce en un momento determinado de la vida de cada individuo dependiendo de su especie. Todo comienza con el establecimiento de los órganos sexuales y la formación de gametos que, en machos se denomina espermatogénesis y, en las hembras, ovogénesis. Tras este episodio, parte de la vida de los animales se centra en la búsqueda de pareja para poder establecer un vínculo que los llevará a reproducirse.
No obstante, existen animales que, a pesar de poseer estos órganos, en determinados momentos bajo condiciones concretas, no los usan. Es lo que se conoce como reproducción asexual en animales.
En la naturaleza existen varios tipos de reproducción en animales. Cada una de ellas tiene unas características definidas que las hace muy distintas una de otras. A grandes rasgos, podríamos decir que los tipos de reproducción animal son:
↬ Reproducción sexual en animales↬ Reproducción asexual en animales
↬ Reproducción alternante en animales
La reproducción de las plantas, por ende, depende en gran medida de la especie vegetal de la que se trate: los distintos tipos de plantas varían enormemente en cuanto a estructuras, comportamientos y, por lo tanto, métodos reproductivos.
La inmensa diversidad de especies en muchos casos permite tanto la reproducción sexual como la asexual, dependiendo de las condiciones del medio. Además, muchas especies de plantas son hermafroditas.
Sin embargo, a grandes rasgos la reproducción de las plantas puede diferenciarse en:
- Angiospermas. Son las plantas con flores y frutos.
- Gimnospermas. Son plantas sin flores. Este grupo a su vez puede distinguirse de los musgos (briófitas) y helechos (traqueofitas), que no poseen semillas y por ende se reproducen asexualmente.
En ambos grupos, la presencia de semillas es casi siempre evidencia de un método de reproducción sexual (incluso si es consigo misma, dado el hermafroditismo).
Al igual que en los animales, la reproducción sexual en las plantas requiere de la unión de dos gametos (femenino y masculino), los cuales se producen en los órganos sexuales de las plantas: estambre y estigma, respectivamente.
Dichos gametos haploides se suelen juntar por la acción de insectos o medios polinizadores (como las abejas), que transportan el polen lleno de gametos de una planta a la otra, permitiendo así la fecundación. En otros casos el viento cumple ese rol, sobre todo para los hongos, musgos y helechos que también poseen reproducción sexual mediante esporas.
Una vez fecundada la planta con el polen de otra, dentro de la flor se produce un cigoto que reúne los caracteres genéticos de sus dos progenitores (variabilidad sexual) y que eventualmente es recubierto con una coraza protectora, constituyendo una semilla.
Entonces, en las angiospermias, se crea un fruto a su alrededor, para que los animales lo coman y la transporten a otros lugares alejados de la planta progenitora, o bien se liberará las semillas al medio ambiente, para que germinen donde consigan las condiciones idóneas y el ciclo pueda volver a empezar.
De cada semilla germina una sola planta, cuyo genoma es único y distinto al de las demás semillas de su camada.
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